Entrevista a Carlos «Acuaman» Prendes, artista muralista, quien nos compartió su recorrido por este universo del arte y las particularidades que tiene pintar en la vía pública.
Carlos Prendes nació en Buenos Aires y se define como autodidacta y pintor de origen intuitivo. Comenzó con el dibujo a los 6 años y tomó sus primeras clases de pintura a los 12, para aprender el manejo de los oleos y sus técnicas de aplicación, motivado por los grandes maestros de la pintura. En la adolescencia estudió dibujo publicitario y caricaturas, lo que le permitió desempeñarse más adelante como dibujante free lance en el ámbito publicitario. Además incursionó en el aprendizaje de la escultura, participó en diversos talleres de dibujo, escenografía, ilustración, tatuaje artístico, entre otras técnicas. En el año 2014 participó en el taller de muralismo del artista Martín Ron, lo que le permitió adentrarse en el arte mural y ser parte del equipo de Embellecimiento Urbano participando activamente en diversas intervenciones urbanas del grupo artístico en el partido de Tres de Febrero y otras localidades. También realizó estudios terciarios como consultor psicológico y participó como Counselor en grupos terapéuticos. Actualmente es docente de dibujo y pintura en el Centro Veteranos de Guerra de Caseros y en La Biblioteca Alberdi de la misma localidad y en el Centro Cultural Arte y Vida en Martín Coronado, además del dictado de clases particulares, además .de realizar intervenciones murales o pinturas por encargo.
¿Elegiste las artes plásticas como oficio o sentís que el oficio te vino a buscar a vos? ¿Tu historia familiar, personal se relacionan con la elección del oficio artístico?
– El oficio vino a buscarme porque las artes plásticas eran sólo algo muy personal que no compartía con nadie, salvo en mi etapa de estudiante secundario que me la pasaba haciendo caricaturas a cada uno de mis compañeros y profesores. De chico dibujaba y pintaba instintivamente sin ningún tipo de técnica ni conocimiento, hasta que un día en el colegio nos llevaron a un museo y viendo los cuadros de los grandes maestros quise aprender a pintar al oleo. Insistí tanto que a los 12 años me mandaron a una profesora particular durante un año. Cuando terminé el secundario hice un curso de dibujo publicitario y caricaturas, luego abandoné todo porque me dedique a trabajar y a hacer otras cosas, como cantar en una banda de Heavy Metal, hacer el CBC de psicología en la uba, que no concluí porque me case. Solo por necesidad me enganche tiempo después en un agencia de publicidad como dibujante free lance. Recién de grande retome el arte por insistencia de una amiga, que me conoce del secundario, para que vuelva a dibujar. A partir de ahí una cosa llevo a otra a un ritmo vertiginoso perfilándose cada día más en un oficio. Los “Prendes” llevamos el don del arte en nuestros genes “Somos bendecidos en eso”. Mi hermana tambien dibujaba muy bien de chica, ahora hace diseños de confección e indumentaria, y mi hermano más chico también pintaba, dibujaba, hacía esculturas sin haber estudiado y tenía habilidad para la carpintería, era el más creativo de los tres.
¿Cuál es el estilo que más define tu arte? ¿Elegís un día hacer un tipo de obra con un estilo y al día siguiente algo completamente diferente, o intentas seguir un lineamiento específico con cierta similitud entre tus trabajos?
– No encontré un estilo todavía, sigo en una búsqueda constante que no me deja encasillarme en algo establecido y me permite disfrutar de todo. Soy cero técnicas, tiendo a ser más emotivo y algunas veces dejo que la obra en cuestión vaya fluyendo. Aunque me apasione dibujar o pintar retratos (los rostros me enamoran) trato de ir variando en cuanto a trabajos a realizar. Igual es como decís, un día hago algo con un estilo y después encaro otro con algo totalmente diferente.
“Uy, yo quería que esto quedara de otra manera… mmmm” ¿te reconocés en esta expresión? ¿Qué hacés cuando el efecto que querías lograr no salió del modo planeado?
– Me ha pasado unas cuantas veces, hace poco pinte por primera vez un cuadro abstracto con una idea preestablecida (acostumbrado a lo figurativo) y como escuchaba música mientras iba pintando, a medida que iba variando la música fue cambiando lo que yo estaba pintando hasta terminar en algo totalmente diferente de lo que había imaginado, fue muy divertido. Igual raras veces quedo conforme con lo que hago, siempre pienso que podría haberlo hecho mejor.
«…escuchaba música mientras iba pintando, a medida que iba variando la música fue cambiando lo que yo estaba pintando hasta terminar en algo totalmente diferente».
¿Hay diferencias entre tus pinturas en un cuadro y tus pinturas en una obra callejera?
– Más allá de que el soporte sea la principal diferencia, en un cuadro por lo general me tomo mucho más tiempo para hacerlo, salvo que sea un encargo y deba entregarlo con fecha límite, pero como tengo la manía de verle constantemente los defectos la voy variando en el transcurso de los días, la agarro, la abandono y la vuelvo a continuar. Me cuesta mucho ponerle fin ya que muy pocas veces estoy conforme con el resultado final, creo que eso se lo debo a mi viejo que era muy crítico en cuanto lo que yo hacía… Estoy constantemente corrigiéndole o agregándole cosas… Soy mucho más minucioso. En cuanto a la pintura urbana soy más práctico y expeditivo, trato de finalizarla en poco tiempo en uno o dos días. Primero porque ahí funciono distinto, me pinta la ansiedad y quiero terminarla en la misma jornada, me juegan a favor o en contra el clima, el lugar y la hora del día. También la gente del lugar influye un poco. Cuando comencé a pintar sobre paredes, el formato de soporte tradicional perdió cierto interés para mí, ahora cuanto mayor sea la superficie más me entusiasma.
La posibilidad de llegar a más gente, a esa gente anónima que no te conoce y que va a tomar como propia esa pared. Significa aprender el desapego y que ya no es más tu obra, sino del que la descubra, pasando a ser patrimonio del transeúnte.
Un muro puede representar muchas cosas diferentes, ¿que representa para vos la palabra “muro”?
– La posibilidad de llegar a más gente, a esa gente anónima que no te conoce y que va a tomar como propia esa pared o simplemente ignorarla. Significa también aprender el desapego y que ya no es más tu obra aunque lleve tu nombre, sino del que la descubra, pasando a ser patrimonio del transeúnte, donde puede gustarle, sacarse una selfie con ella de fondo, ser intervenida o no tenida en cuenta en lo más mínimo. A su vez, es la posibilidad no solo de expresarte libremente sino también que las calles de la ciudad se conviertan en una galería a cielo abierto sin tener que transar con las salas expositoras y sus condiciones limitantes.
¿Recordás cuál fue el primer mural que pintaste, cómo surgió? ¿Y el que más te movilizó?
– El primer mural que pinte tenía 11 años y fue en 6º con mis compañeritos del colegio en la pared del Mercado Central en Caseros y era referente al 25 de Mayo. Ahora el segundo, y que me marcó las ganas de seguir con esto, fue cuando tenía 22 años en mi habitación del departamento que alquilábamos con mi hermano. Pinte sobre la pared de la cabecera de la cama. Ahí reproduje la tapa del álbum los océanos topográficos del grupo Yes. Utilice todo lo que tenía a mano látex, sintético y aerosoles y continúe la pintura hasta el techo agregándole un firmamento de estrellas. Cuando arme la habitación descubrí que tanto la cama como parte del mobiliario tapaba el mural así que decidí adaptarlos para la ocasión cortándole las patas a la cama y deshaciéndome de los que estorbaban e improvisando bibliotecas de estantes a ras del suelo. Puse un par de spots con luces de colores que apuntaban a la pared, era muy flashero como se veía jajaj… todo el que venía quería algo parecido en su casa, cosa que nunca hice porque a mí me llevó once días de mis vacaciones encerrado pintando. En ese entonces no lo veía como un medio para generar alguna divisa extra.
«…se acercan a agradecerte porque los sacas de su monotonía diaria. O en el mejor de los casos te dan un abrazo y eso es muy fuerte en estos días, que dos perfectos desconocidos se estrechen en un abrazo».
¿Qué pensas que le pasa a la gente cuando ve obras de arte mural en la calle? ¿Tenés alguna anécdota que te haya pasado pintando en la calle?
– Bueno, saber lo que piensan y sienten es complicado… pero con respecto a lo que sienten algunas personas cuando estas pintando, son variadas las reacciones. Te saludan, te traen café, o te compran una gaseosa, se sacan fotos con la obra, con los artistas, te tocan bocina desde los vehículos, te cuentan anécdotas referente a lo que elegiste para pintar (si es algún personaje conocido) también te gritan (como me paso)…”eeh ameoo píntate al gauchito gil!!” o te piden determinado músico, personalidad destacada, se acercan a agradecerte porque los sacas de su monotonía diaria. O en el mejor de los casos te dan un abrazo y eso es muy fuerte en estos días, que dos perfectos desconocidos se estrechen en un abrazo. Eso es lo que tiene de maravilloso el arte en la calle… que genera muchas emociones en la gente y te la hacen saber. Es algo que tanto a mí como a mis colegas nos pasa cada vez que encaramos una obra en la vía pública.
Siempre hay una anécdota con cada mural… la que viene a mi cabeza ahora es la que se dio cuando estaba pintando el año pasado para el Festival Internacional Martín Fierro en la localidad de San Martín, pintábamos un tema alegórico al Gaucho Fierro sobre el paredón del Liceo militar (situado frente al Hospital Castex), cuando siento bocinazos y alguna que otra puteada en la ruta, más de lo frecuente, al darme vuelta, por los gritos que sentía, veo al camionero que frenó el vehículo parando el tránsito para sacarle una foto al mural y a los gritos de…. “ Eehh gracias loco por esto hermoso que están haciendo, embellecen el paisaje, pero sabes una cosa?, le falta algo muy importante para que quede mejor (Uhy pensé, qué se nos pasó por alto con respecto a la gesta gauchesca de José Hernández…) Qué cosa?, le grité… y subiéndose a su camión nos dice…el escudo y los colores de Chacarita Jr. Papaaaá!!” Fue muy desopilante toda la escena… jajaja
¿Cuál fue la obra realizada que más te impactó? ¿y cuál la más difícil o de mayor desafío?
– Obras mías que me hayan impactado creo que ninguna… ahora que les tenga cariño sí hay un par, porque les pongo el corazón cuando las hago. El último cuadro que pinté fue a mi vieja, llevo años pintando retratos y todo tipo de cosas, pero nunca había pintado a mi mamá, es más, mi primer cuadro al óleo fue un retrato de mi viejo cuando era jovencito en su época de infante de marina. Pero a la mujer más importante de mi vida nunca le había rendido un homenaje como merecía.. Lo único que lamentaba es que ella no lo haya podido ver. Le conté a un amigo artista y me respondió…” Quédate tranquilo amigo que lo vio todo, desde el boceto inicial hasta cuando le mandaste la firma al terminarlo”. Y el mayor desafío se podría decir que fue en este invierno cuando pintamos con Marian, Seba y Javi junto a Martin Ron el Cedem1 para los juegos olímpicos de la juventud… Se tenía que terminar antes de que llegara la antorcha porque en esa semana nos jugó en contra el clima. Con los chicos hasta bajo la lluvia pintamos, un garrón porque no secaba nunca y se chorreaba la pared… igual logramos el cometido justo una hora antes de que arribara la antorcha olímpica al escenario.
Participaste en festivales y movidas importantes de arte urbano mural en Tres de Febrero como Embellecimiento Urbano, también en Saldías, Proyecto Persiana..etc. ¿qué es lo que más valoras de esas experiencias? ¿cómo te resultaron en lo personal y en lo artístico?
– Valoro de esas experiencias la comunión que se genera con otros artistas, es como una especie de felicidad instantánea que se da por encontrarte con otros que comulgan tu misma pasión con diferentes estilos y gustos, todo lo que te llevas aprendido de esos encuentros, en cuanto a lo técnico y vivencial, los lazos que se arman para futuras pintadas y la buena onda en general. Me resultan muy edificantes porque se disfruta y se aprende mucho con cada evento, festival o jornada pictórica y ninguna es igual a la anterior por más que sea lo mismo.
Se disfruta y se aprende mucho con cada evento. Valoro de esas experiencias la comunión que se genera con otros artistas, por encontrarte con otros que comulgan tu misma pasión con diferentes estilos y gustos.
Respecto del muralismo y graffiti local ¿considerás que hay una identidad particular del muralismo de Buenos Aires que lo caracterice y diferencie de otras regiones y países?
– Creo que la gran diversidad y estilos de los artistas locales, excelentes en lo suyo y de llegada internacional unos cuantos, les dan una identidad particular pero difícil de definir. Por decirlo de algún modo somos muy eclécticos. Desde mi óptica de artista urbano creo que el muralismo evolucionó y sigue en constante metamorfosis. Se rompió con las estructuras clasicista, todo gracias a la fusión de grafiteros y artistas del rodillo y el pincel. Fue sumando técnicas y estilos propios, ganando en creatividad y soltura, que van desde la denuncia y el mensaje directo, hasta la anécdota de la simple, y no por ello menos válida, imagen de postal. Hay de todo y para todos. La parte cronológica e histórica se lo dejo a los críticos del arte, a mí solo me gusta pintar…
Internet y la interacción en las redes sociales le dio un aspecto masivo y globalizo el arte en general pudiendo absorber distintos estilos y culturas, generando una riqueza mayor en lo compositivo.
¿Crees que la llegada de las redes sociales digitales y la expansión del uso de internet ha impactado o modificado en algo el desarrollo del arte mural de la ciudad?
– Totalmente cierto, el internet y la interacción en las redes sociales le dio un aspecto masivo y globalizo el arte en general pudiendo absorber distintos estilos y culturas. Un pibe que vive en el sur del país puede llegar a pintar con la misma calidad y técnica que un artista del primer mundo. Y por consiguiente un muralista europeo adoptar estilos de artistas urbanos latinos. Generando una riqueza mayor en lo compositivo.
¿Qué te falta hacer aun en lo artístico? ¿qué te gustaría?
– Ufff… un montón de cosas me falta hacer en lo artístico y en lo personal ni te cuento… este es un largo camino por recorrer y lo comencé hace poco de manera constante (cuatro años). Solo te nombro algunas cosas referente a lo pictórico porque en lo artístico en general es inmenso lo que hay que tener en cuenta. Por ejemplo me falta pintar un edificio, salir a pintar en alguna localidad internacional, un festival en el exterior, pintar o intervenir un avión, más paredes en el barrio, en cada provincia del país y pintar un mural en la Antártida (en Base Marambio) jaja!
Algo más que quieras compartir con la comunidad…
– Dos cosas… Pueden buscarme y seguirme en Instagram como @acuamanprendes donde comparto lo que voy haciendo y voy avisando los eventos muralistas o de pintura en vivo como para que vayan a hacernos un rato de compañía. Y también administro una página en Facebook que se llama “Acuaman Prendes Artes plásticas” ahí subo más cosas, como el paso a paso de la pintura que hago etc.
Y la otra… principalmente, es darle las gracias al vecino que nos apoya con su buena onda y alegría, que nos ofrece su pared cuando nos ve pintando en su barrio, y decirle que se siga acercando porque también son parte importante de este festival de colores que les regalamos cuando estamos frente a un muro… y por último y no menos importante, que los mates y algo para picar que nos convidan nunca están de más cuando muraleamos jajaja Gracias Totales!!!
@instragram.com/acuamanprendes/
Por Valeria Barrasa