Verla pintar es llenarse de esa pluma que va flotando delicadamente en la brisa. Cada una de sus pinceladas son como una caricia al alma plasmada en el muro… el nivel de delicadeza, cuidado y detalle con el que cada pétalo de sus flores son pintadas, dejan en cada muro por ella intervenido, el oxígeno necesario que nos llena la vista de alegría.