Junto a las herramientas del siglo XXI, las pintadas y los grafitis siguen siendo un termómetro de la época. Desde el vandalismo hasta el arte urbano. Todo junto y conviviendo: aerosoles espontáneos y anónimos con capacidad de síntesis para expresar un pensamiento político, frases algo más profundas que interpelan, , otras con una cuota de humor.