Un grupo de muralistas transformó una de las cuadras con mayor carga simbólica de Tucumán. La calle Cuba fue una de las cuadras inevitablemente asociadas a la prostitución en Tucumán, a la explotación sexual de sus trabajadoras, a las noches protagonizadas por los clientes en uno de los principales prostíbulos de la zona.
Un grupo de ocho artistas muralistas intervinieron una de sus paredes bajo el lema de lucha: “Niñas, no madres”.



















